jueves, 1 de marzo de 2012

BESADOR DE RANAS

“Yo tenía como alumno a un muchacho que era estrella del atletismo en su ciudad. El había ganado una beca por cuatro años, y tenía la posibilidad de elegir cualquier escuela del país.
Pero tenía un problema. El pensaba que era la única cosas que existía en el mundo, y caminaba por el campus con un increíble aire de importancia.

La única razón por la cual el venía a mi clase al atardecer, era porque en ella había 28 chicas y solo 3 muchachos. Esa era su única motivación!!. El se sentaba en el banco de atrás de todo, ponía sus pies arriba del pupitre, y me miraba con esa cara de “te desafío a que me enseñes ….”
Bueno, yo trate pero no logré ganármelo.

Un día, recibí una llamada de un amigo cercando. Su esposa había dado a luz a un niño prematuro, y no había esperanzas de que sobreviviera. Lo tenían en una incubadora en el Hospital de Niños, y me pidió si podía irme pronto a acompañarlo en ese momento. Me sentí honrado.

En mi ansiedad por llegar al pido donde estaban las incubadoras, me equivoqué, y me encontré en la wardia ortopédica del hospital. 30 pequeñas camas alineadas una al lado de la otra. Has estado alguna vez en un hospital de niños para ver esos pequeños chicos, muchos de ellos confinados con su cuerpos mutilados? No se que te pasará a vos, pero a mí me toco profundamente.

Asi que después de completar mi visita, volver a echar una mirada a esos pequenos niños. En ese momento me entere de que había algunos trabajadores voluntarios con ellos. Asi que me acerqué a un escritorio que había ahí, y le pregunte a una enfermera qué era lo que sucedía allí.

Ella me dijo, tenemos un pequeño programa en el que dos días a la semana, personas de la comunidad vienen y trata de iluminar un rato del día de los niños. Como puedo involúcrame yo con esto?, le pregunté.

Es fácil!, solo tiene que firmar aquí …

Así que tomé mi lapicera, y realmente quería poner mi nombre allí, pero no pude. Sentí la inspiración de poner allí el nombre de mi estudiante. Así que escribí “Bill”

La enfermera sonrió y me dijo, “gracias Bill”. Yo le dije “es un placer”. Yo había comprometido a Bill para el próximo martes a las 6 de la tarde.

Yo no tenía el coraje para ir a contarle a Bill lo que había hecho. Sabía que iba a rechazar la propuesta . El había estado siendo una rana por mucho tiempo.

Así que me decidí por el “elemento sorpresa”. El mismo martes, a las 5 pm, lo llamé a su casa. Bill atendió el teléfono y le djie:

Bill, soy el Dr. Dunn. Tengo una emergencia y necesito tu ayuda. Te paso a buscar en 15 minutos!!! Y corté.

Bueno, me gustaría que lo hubieras visto!!!; el estaba allí parado , con su chaqueta con las letras de sus iniciales, comiéndose una manzana.

Estacione a su lado, abrí la puerta y le dije “metete rápido”, “que pasa”, “subite!” , le dije, te cuento luego en el camino!!

Cuando giramos en la esquina, el me dijo “De que se trata todo esto Dr. Nunn?”
Y le dije, Bill, yo te aprecio mucho. El me dijo, por qué?. Bueno, vos estas yendo ahora al Hospital de Niños y vas a leerle unos cuentos a algunos chicos enfermos. Se enojó tanto que no pudo siquiera hablarme en el resto del viaje.

Cuando llegamos, tuve que literalmente empujarlo a la entrada, le dí una nota que decía 3er piso, y el nombre de la enfermera. Le dije que pasaría a buscarlo en una hora, y lo dejé allí.
Cuando volví a buscarlo una hora más tarde, afuera de ese hospital vi caminar a un nuevo hombre.

Como te fue Bill? No puedo contarte, me respondió.

Viajamos en silencio por unos minutos, y luego me dijo: Dr. Dunn, me asignaron a una niña de 3 años, que había nacido sin la espina dorsal, así que no había conocido ni un solo día fuera de la cama. Y sabes qué?, esa pequeña niña era más feliz que yo.

Me contó que agarró una silla, y se sentó a un aldo de la cama. Todo el tiempo mientras él le leía, la niña lo tomaba de la mano. Le leyó un libro gigante sobre Pinocho. Ud. sabe, me dijo, es vergonzoso eso de leerle a chicos, particularmente cuando hay gente que puede oírte. Pero después de haber terminado la primer página, ya no me importó quien pudiera oírme.

Terminé una historia, y otra y después otra, y al final, llego el tiempo de irme. Dr. Dunn, me dijo, yo estaba listo para irme y ella no quería. Me tiraba hacia ella y, usted sabe, toda su manito apenas podía agarrarme un dedo.

Y después ella me dio un beso en la nariz, y me pregunto si volvería nuevamente; Bill se secó unas lagrimas que rodaban por sus mejillas. Firmé por tres meses mas Dr. Nunn – dijo

No es una gran historia mis amigos? Este gran atleta había entrado al hospital como una rana, y una pequeña niña sin espina le dio un beso, y salió caminando como un príncipe!!

Si nunca has sido un besador de ranas, no sabes de lo que te estas perdiendo. Allí hay un mundo de oportunidades para todos. Y si nunca fuiste un rompe hechizos , y nunca has creado a un príncipe, entonces andá mas despacio, girá, inclínate, y dale un beso a una rana.”

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